Justo Tomas Morales: Una Guitarra en la memoria del tiempo por Héctor García Martinez

Justo Tomas Morales: se trata de uno de los protagonistas principales de la historia de la guitarra clásica argentina perteneciente a las primeras décadas del siglo XX. Época de oro de la guitarra artística del Río de la Plata.
Pese a su gran nivel como docente y a las valiosas páginas que aportó a la literatura guitarrística, fue de perfil bajo. Transitó por las huellas de la emoción artística con suma humildad, siendo su aporte muy fecundo.


Morales nació en Ranchos, partido de General Paz, provincia de Buenos Aires, el 6 de marzo de 1877.
Falleció en Buenos Aires el 4 de enero de 1953.

Sus comienzos musicales fueron de niño, tocando en forma autodidacta, luego recibió algunas lecciones de Alejandro Cesáreo Perez.
De adulto estudió música con los profesores Eusebio de Miguel y Pedro Rubiones.
Con los maestros Mario Rodríguez Arenas y Domingo Prat hizo su perfeccionamiento técnico en la ejecución guitarrística.
Entre 1910 y 1916 fueron muy aplaudidas sus actuaciones en el Teatro Apolo y la sociedad “La Guitarra”, de Buenos Aires.

Sus méritos como docente lo llevaron a ocupar una cátedra en el Colegio El Salvador. Además daba clases particulares a damas y caballeros de la sociedad porteña, también a discípulos de modesta condición, a algunos les daba clases gratuitas.
Llegó a formar destacados concertistas, algunos llegaron a ser grandes virtuosos que tuvieron trascendencia como: María Herminia Antola, Severo Rodríguez Falcón, Ricardo Muñoz, Segundo N. Contreras, entre otros.

Aproximadamente por los años 40 tuvo una intensa actividad radial, actuando solo y en dúo con su aventajada discípula María Herminia Antola, o en cuarteto, como ese que formó integrado por él, Elsa Molina (otra destacada intérprete), Bianqui Piñero y la nombrada María Herminia Antola. Por mucho tiempo actuaron en diversas emisoras porteñas.

Morales, guitarrista de formación clásica, dejó una producción musical en solos de guitarra y música para canto de gran nivel y fuerte sabor campero. Algunas de las obras para canto llevan letra de los poetas Eugenio Cárdenas y Ramón Solveyra Césares. Sobre sus composiciones, Domingo Prat, en su “Diccionario de Guitarristas” comenta: “…su musa es pura, típica, huele a ombú y a “patay”. Morales crea por necesidad espiritual, he aquí su virtud y su éxito”.

Carlos Gardel interpretó algunos de sus temas como la zamba “Bajo el Parral”, cantada en primera audición por el Zorzal Criollo, tema que lleva letra de Eugenio Cárdenas y el estilo “El Lazo”, letra de Solveyra Césares. Sobre éste último existen versiones de que Gardel lo llevó al disco, cosa que en nuestras indagaciones históricas no pudimos comprobar.
Entre los temas de Morales para guitarra, los de mayor trascendencia fueron: “Ño Juan Carlos” (triste), dedicado al señor Juan Carlos Anido, padre de la concertista María Luisa Anido; “Filigrana”; “Peluquita Blanca” (gavota); “Argentina” (milonga); “Azul y Blanco” (ranchera); “Aires de mi Patria” (vidalita) y los tangos “Diosma”; “También mi rancho se llueve” y “De mi época”.

Las obras de Morales pueden clasificarse en temas del género clásico como: gavotas, preludios, tremolos; obras didácticas: estudios, escalas, etc. y melodías inspiradas en el acervo regional de la llanura bonaerense y el arrabal porteño.

Justo Tomás Morales, junto a Mario Rodríguez Arenas, Antonio Sinópoli y Julio S. Sagregas tiene el mérito de figurar entre los primeros maestros guitarristas de formación clásica que, con sus obras de carácter folklórico, hicieron su aporte valioso al Movimiento Tradicionalista Argentino en las primeras décadas del siglo XX.

Héctor García Martinez
hgarciamartinez@hotmail.com